Al lado del anillo del Autòdrom, en la zona del bosque de Can Baró y cerca de la masía con el mismo nombre, yacían enterrados restos de los muros de una villa romana descubierta ya en los años sesenta. Después de más de 50 años de abandono, en el marco del proyecto de recuperación del espacio y en colaboración con el Departament de Cultura i la Direcció General de Patrimoni Cultural de la Generalitat, se han empezado los trabajos de excavación arqueológica para restaurar estas ruinas, cuya existencia se remonta a los siglos I y II d.C.
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