Hace cien años, el Autòdrom fue escenario de las primeras carreras de automóviles y motocicletas en circuito en España. Inaugurado en octubre de 1923, el Autòdrom acogió varias carreras de forma intermitente hasta mayo de 1955, en las que compitieron los bólidos de mayor velocidad del momento y motos de diversa cilindrada, además de otras variantes de la época, como los autociclos y las voiturettes.
Estas competiciones atrajeron a pilotos internacionales, otros de otras zonas del país y algunos locales, que también se sumaron a la pasión emergente por el motor. El recuerdo de estos campeones se ha mantenido en la historia del motor en Cataluña y está presente también en los testigos de sus hijos y nietos.
Es el caso de Ignacio Macaya, que, con una Indian, fue segundo en la categoría de 1.000 cc de la primera carrera de motos del circuito, en 1923. También el de Joan Hernández y Norte –que subió al podio en dos ocasiones de las últimas carreras, en 1955– y el de Salvador Paretas, que ganó una de las pruebas finales, también en 1955.